miércoles, 15 de febrero de 2012

El sueño

Ya eran las doce. El cansancio se impuso y comenzó el ritual de cada noche: lavarse los dientes, ponerse el pijama, mirarse en el espejo intentando descubrir una nueva imperfección o admirándose de la belleza serena que emanaba, y a la cama, la cama a la que nunca quería ir pero que siempre acogía con un deseo insospechado.

Siempre dejaba una libreta y un boli en la mesilla, comenzó cuando estaba en el instituto, cuando soñaba con un futuro incierto del que no quería perderse detalle. Ahora sólo era costumbre, los sueños habían cambiado, y la mayoría de las noches no quería recordarlas siquiera.

El sueño llegaba, lentamente, acomodándose, como ella, a los minutos que sonaban en el reloj de la entrada, logrando que el cuerpo se relajase poco a poco, instalándose en la inconsciencia total.

El despertador, siempre puntual, exhibió su poderío musical a las seis y media, como siempre, pero cuando, en la oscuridad, lo buscó para apagarlo, no estaba. Encendió la luz y lo encontró al otro extremo, casi en el borde opuesto. Pero eso no le llamó tanto la atención como la libreta, totalmente escrita, llena de la misma palabra repetida hasta la saciedad, primero con letra clara y firme, y ya casi al final, rompiendo la hoja en cada trazo.

"Morirás".

sábado, 30 de abril de 2011

Y desapareció

A ratos te encuentro.

No en mi cotidianidad, hecha de pura rutina, sino en las sorpresas y los sobresaltos, en los cambios de rumbo y en los caminos equivocados. En las palabras que no se dicen en alto, y en las sensaciones de mi cuerpo. En el lugar más recóndito, en la magnitud del espacio.

Te descubro en un trago de espuma de mar.

Apareces en la soledad, en las sombras, en lo obscuro, cuando el sol se va y surgen los fantasmas. Y si miro debajo, no hay nada. Puro vacío.

Por eso te encuentro, porque tú eres mil.

A ratos, incluso, te busco. En las horas del día, en los cuentos que leo, provocándote, haciéndote salir a mi paso, para que, con tu pirueta de funambulista, hagas tu truco de magia y desaparezcas tras el humo. 

domingo, 3 de abril de 2011

Shhh

Se comunicaban con silencios. Y a base de observación llegué a dominar su lenguaje. Me hice experta en miradas y gestos casi imperceptibles, pero ellos ni siquiera me miraban. Las palabras me parecían falsas y vacías de significado, y cuando hablaban conmigo me enfadaba. ¿Por qué no utilizaban el mismo lenguaje conmigo? Me sentía excluída. Ellos formaban su propia familia, y yo era la extraña a la que hablaban con cariño, pero sin verdadera emoción.

martes, 29 de marzo de 2011

Alive

El ojo de buey que presidía la fachada parpadeó varias veces como si la extraña fuese yo.

viernes, 18 de marzo de 2011

Visión

Aquella fue la última vez que lo vi. A veces me zambullo en los recuerdos, pero pronto una voz, un sonido, una mano que se posa rápida en la mía me despiertan, y las imágenes se diluyen en palabras. Y todo vuelve a ser oscuridad.

lunes, 14 de marzo de 2011

Plan

A la mañana siguiente ya no estaban. El dueño de la casa me encontró y me llevó hasta la parada más cercana. Me dijo que no me preocupase, que yo ya había pagado mi parte y que la parte de mis amigos no la tenía que pagar yo. Las lágrimas me caían lentamente por el rostro ya morado, no podía articular palabra.

Cuando volvimos a reunirnos, cada uno me pagó su parte y empezamos a planear el siguiente fin de semana.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Atrevimiento


Y si entre toda esa furia
te hubiese vislumbrado,
no sé,
no sé qué hubiese podido pasar.
Seguramente nada,
no es necesario engañarnos,
ya no hay nada que perder.
Ya no hay nada que tener.
Y quizá nunca lo hubo.
Seguramente nada:
la verdadera mentira,
o también una ilusión.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Nowhere

El antídoto no funcionaba, el pulso y la respiración se mantenían estables, pero aún tendrían que esperar hasta mañana para comprobar que no se levantaría, no se vestiría, no desayunaría, y no se iría a trabajar.

El virus se extendía deprisa y ya gran parte de la población salía de sus casas a las siete y media sin tener a dónde ir. El estado de excepción era inminente y el gobierno estaba decidido a utilizar la fuerza.

viernes, 23 de julio de 2010

Love is in the air

Tendré que estrujarte, apretar tu cuello, mirar fijamente tus ojos desorbitados y pedirte, una vez más, que me digas que me quieres, con esa vocecita tuya que no deja lugar a dudas.

domingo, 11 de julio de 2010

Mascota

Lo metió en la bolsa de basura, y en la esquina, donde estaba su pequeña cabecita, todavía se podía ver el movimiento de su respiración.

Después, llamó al ascensor. 

domingo, 27 de junio de 2010

Sin mirar atrás

La dejó allí tirada, sin esperar una respuesta, sin mirar atrás, riéndose a medias y pensando que ya llegaría a casa por sí misma, y después de cinco años, aún sigue mirando por la ventana, sentado en el sillón desgastado de la salita, esperando su vuelta.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Juegas?

El juego comenzó mucho antes, antes siquiera de saber que había un juego al que jugar.

Las reglas están ahí, sólo yo las conozco, por supuesto, pero eso no quita que los demás no se amolden a ellas, puesto que eso es lo que yo quiero. Una vez que el juego está en marcha has de hacer todo lo posible para ganar, eso me lo explicaron bien, lo que no te cuentan es que los métodos a utilizar, en la mayoría de los casos, no serán los reglamentarios, tendrás que improvisar para conseguir el premio final, tú ya lo sabes.

La presa es fácilmente identificable, seguro que ya sabes quién es, pero eso es porque tú lo sabes todo, nunca lo he dudado, los demás aún se estarán preguntado de qué estoy hablando, pero eso a mí me da igual.

Y de lo que tampoco dudo es que, después, cuando todo acabe, no quedará nada, habré acabado con él, como ha sucedido con todos los anteriores, como seguirá sucediendo, quiera o no quiera, puesto que este juego, el que tú conoces, es inevitable, instintivo, es mi propia muerte. Ya sabes, sólo somos la manera de extinguirnos.    

viernes, 21 de mayo de 2010

Agenda

Levanté el auricular y el grito desgarrador sólo vino a confirmar que eran las cuatro y treinta y tres del 18 de marzo.

jueves, 13 de mayo de 2010

Dispara

- ¿Tengo que decirte mi nombre?

- No hace falta.

- Gracias.

- No es nada. 

Los pájaros echaron a volar y el bosque quedó en silencio.

lunes, 10 de mayo de 2010

Palabras que surgen de los sueños

Temo...  Temo...

¿Por qué me sorprende la palabra? ¿Quizá por la inconsciencia del sentimiento que me perturba? Puede ser. No lo sé.

Me despierto, y escribo esa palabra que me resume tan bien.

Temo al caos, a la revolución que provocaría tu presencia, temo la realidad que cada noche golpea el corazón inerte, anhelante y cansado de promesas de verdad. Temo la alegría, al fin.

Este temor que lo inunda todo es lo inherente, la única verdad que hay en mí.

¡Qué triste! Temer perderte y por ello no conseguirte. Pura contradicción.

Me instalo en la desesperanza como en un sillón viejo y desgastado, y no me levanto, y no lucho, porque el estar de pie es el caos, la pérdida de ese algo que me sienta tan bien.

La tristeza de mi ser es el escudo que me protege de todo lo que deseo, sin él quedaría desnudo, y también temo al frío de esa desnudez, como temo todo lo que implicase tenerte.

Le añado la a y resuelvo el enigma: el temo se transforma en te amo, y el te amo nunca deja de ser el temo, y la verdadera existencia es una puerta cerrada y un beso cautivo.

jueves, 15 de abril de 2010

Intruso

Descolgó el teléfono rápidamente, puesto que ya sonaba cuando salió del ascensor, y después de muchos "hola, ¿hay alguien ahí?" sintiendo que realmente había alguien ahí, colgó. No le dio más importancia. A raíz de esa llamada, cada día, cuando salía del ascensor, ya oía el timbre del teléfono sonando imparable, y digo imparable porque si no lo descolgaba, sonaba y sonaba, y volvía a llamar, una y otra vez hasta que, por cansancio, terminaba descolgándolo. Ella misma se extrañaba de no tener fuerzas ni decisión para desconectar definitivamente el teléfono, pero la curiosidad podía con ella. Esperaba que algún día, la persona que estaba al otro lado, dijese algo, lo que fuese, ya daba igual, lo único que buscaba era una voz, una palabra.

Ya eran tres meses los que habían pasado desde la primera vez, y esa tarde se extrañó cuando salió del ascensor. El teléfono no sonaba. Pensó que por fin había terminado la pesadilla, y que nunca conocería a la persona que se escondía al otro lado del aparato. No sabía si era la pena o el alivio lo que predominaba, pero sacó las llaves, dejó el bolso en la cama, y se olvidó del asunto. Aunque no por mucho tiempo, porque después de la ducha, de la cena, y una vez sentada en el sofá, a la espera de la serie de los miércoles, cogió el teléfono y marcó las teclas que le permitirían hacer una llamada a la última persona que le hubiese llamado a ella, y cuando sonó el primer tono, una música, procedente de su habitación, la dejó helada.

martes, 6 de abril de 2010

Rutina

Bajó la vista ante la mirada acusadora de su madre. Le riñó y le obligó a limpiar el baño, como siempre hacía. Después le puso la cena en la mesa y lo comió todo mientras veía los dibujos en la tele. Sabía que a la mañana siguiente, cuando despertase, el cuerpo del niño en la bañera ya no estaría allí.

jueves, 28 de enero de 2010

Plan imperfecto

La agarró fuerte, forzando la posición, y consiguió atarla a la cama mientras ella se resistía y cuando la tuvo a su merced le pegó, fuerte, en la cara, en el cuerpo, con la mano abierta, no quería dejarle demasiadas marcas.


Ya la había encontrado desnuda, así que todo fue mucho más fácil. Con el primer mordisco ella intentó gritar, pero la mordaza se lo impedía. A él le puso más cachondo y los mordiscos, sin llegar a hacerle sangre, le dejaban cada vez marcas más profundas en las que se adivinaba una dentadura imperfecta.

Ella ahogaba los gritos, arqueaba el cuerpo, se resistía, haciendo que la cuerda que la mantenía presa apretara cada vez más su cuerpo. Era una intrincada disposición de nudos que recorrían su piel y la inmovilizaban por completo.

Abrió el paquete de cigarrillos que había en la mesilla y cogió uno, lo encendió dando una bocanada que le llenó los pulmones de un humo delicioso. Cuando la brasa estaba aún incandescente la posó en un pecho desnudo y el olor a carne quemada inundó la habitación poco a poco, mientras el cuerpo de ella se llenaba de topos rojos y desagradables.

Gracias a la atadura que había practicado tantas veces pudo darle la vuelta sin más problemas, y una vez boca abajo se ensañó en las nalgas con los dientes, haciendo que ella dejase escapar lágrimas de aceptada sumisión.

Tiró de una cuerda y ella no tuvo más remedio que subir la grupa de forma que él tuvo un acceso privilegiado a su ano, por donde introdujo toda una serie de objetos que fue encontrando por la habitación.

Cuando se disponía a penetrarla doblemente llamaron a la puerta, y con una rapidez insospechada él desató un nudo y se desataron todos, se puso una camiseta y un pantalón corto, y fue a abrir la puerta.

- Hola, los niños ya han merendado en el Burguer King, pero no tenían ganas de ver la película, así que los he tenido que traer. ¿Ha llegado Marga del trabajo?

- Sí, está en la habitación, ahora sale.

Y Marga, con una bata de seda que dejaba poco que ver, salió de la habitación con el rimel corrido y una sonrisa en los labios, y los niños corrieron hacia ella gritando “mamá”.

martes, 19 de enero de 2010

Familia

Tengo que reconocer que si hubiese sabido que estabas allí nunca lo hubiese hecho, pero ahora me alegro de que lo sepas, al fin y al cabo lo hice por ti, en realidad no había otra razón.

Lo que no llego a entender es por qué no me lo dijiste, por qué has esperado tanto tiempo, por qué, aún sabiéndolo, te acercaste a mí y me diste el pésame, por qué viniste a casa aquella noche y me besaste, por qué has seguido besándome todo este tiempo, por qué me follas cada noche y me declaras tu amor, una y otra vez.

Sólo espero que entiendas, ahora que ya lo sé, que no deberías saberlo, y que ese café que acabas de tomar será el último trago que bebas, y que el beso que me diste esta mañana, será el recuerdo que me acompañe.

Tu hermano no lo entendió, pero tú me conoces mucho mejor, y sé que no me odiarás por ello.

No te voy a mentir, no te voy a decir que te quiero, pero te echaré de menos.

lunes, 14 de diciembre de 2009

LOVE

La flecha cruzó rauda y veloz hasta llegar al objetivo, Cupido reía a carcajadas, y el chico que la miraba bailar ya estaba muerto.

martes, 8 de diciembre de 2009

Convivencia

- Todo hubiese sido más fácil si él se hubiese ido, pero empezó con la serenata de siempre: que si esta casa es mía, que si vamos al juzgado te dejaré sin nada, que todo lo que tenemos es gracias a mí, y no puede evitarlo, no podía ir a ningún otro lado, no había otra posibilidad.

- Lo que nos intriga es cómo lo metió en la habitación.

- ¡Ah!, ¿pero aún no lo saben?. La construí con él dentro.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Oportunidad

Lo dejó pasar, como el que espera el autobús y no lo coge, y se queda sentado en la parada aún sabiendo que ése es el suyo, a la espera de una señal que no llega, y cuando arranca se da cuenta de que tendría que haber subido.

Así se sentía él, como un idiota.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El espejo

Cuando vi tu aliento sobre su pecho me estremecí de placer. Nunca antes una situación tan excitante, nunca antes una desconocida en nuestra cama. Nuestras miradas prendidas en el espejo, ella con una sonrisa burlona, y yo, un poco asustada.

El mordisco me despertó, la sonrisa seguía allí, el hilillo de sangre recorriendo mi torso.

martes, 14 de julio de 2009

Segundo intento

Cuanto más pensaba en ello, más le seducía la idea. Pero necesitaba una planificación inmaculada, la precisión era esencial. El tiempo jugaba a su favor, no había prisas. Decidió que lo mejor eran las drogas, una que no dejase residuos, instantánea, fulminante, que le detuviese el corazón de repente, y para siempre.

La encontró al cabo de varios meses, y compró por Internet el doble de la dosis letal.

La despedida fue horrible, pero se planteó un futuro sin él y nada más importaba. Se la daría justo antes de ir a trabajar y se consideraría accidente laboral, y además del seguro, la pensión por viudedad, y el piso, tendría una indemnización. Merecía la pena.

La llamaron al cabo de tres horas. Sabía que era la llamada y estaba preparada, pero la sorpresa fue real. Estaba en el hospital, lo habían recuperado, pero las secuelas serían importantes si sobrevivía.

A los cuatro meses volvió a casa, en silla de ruedas, con la cabeza ladeada y babeando, con más de la mitad del cerebro muerto, y convertido en la cárcel que merecía.

Pero ahora sería más fácil.

sábado, 4 de julio de 2009

My own private diary

Martes, 31 de Abril de 2009.

El sujeto se ha levantado bien, ha desayunado normalmente, y ha dormido su siesta matutina. En la comida ha estado un poco arisco, pero hemos tenido una conversación interesante, nos comunicamos con facilidad.

Por la tarde hemos salido. Nos cuesta no hablar en la calle, estamos tan acostumbrados que resulta peligroso por momentos. Hemos estado con Laura y Xena, y ha jugado mucho. Le encanta el parque, es feliz allí.

Cenó levemente porque estaba cansado. Antes de dormir me dijo que tenía ganas de salir, le puse el collar, y cuando enganché la correa me dijo: "Te quiero".

Lo sé desde hace tiempo, pero la declaración me obliga a tratar este tema con él. Resultará difícil para los dos.

viernes, 26 de junio de 2009

Sexo consentido

La recorrió con la mirada deteniéndose en los defectos que la hacían perfecta. Deslizó lentamente las manos por su cuerpo, haciéndole cosquillas sin risas. Correspondió a su desnudez mirándola a los ojos, su inmovilidad era excitante, sólo deseaba poseerla, y tras veinte minutos de sexo delicado, la tapó con la sábana y la metió en la cámara para otra vez.

lunes, 22 de junio de 2009

Terror

Se levantó lentamente, desnuda, como siempre dormía, y fue caminando despacio, descalza, con un tambor en el pecho que apenas la dejaba oír, pero tan atenta a los sonidos imperceptibles que en un momento incluso pensó que eso debían sentir los superhéroes: sus sentidos multiplicados. Se río por dentro, "no te rías, no tiene puta gracia", se riñó a sí misma.

En el baño encuentra poco con lo que defenderse, hasta que recuerda las tijeras, y también la lima de uñas. Incluso, si encontrase un mechero, podría abrasarle la cara con el desodorante, "olería bien durante un tiempo", pensó, y volvió a reírse, y volvió a reñirse.

Se decidió por las tijeras, y esperó agazapada detrás de la puerta. Oía sus pasos por el pasillo, oía su respiración, y creía que también oía su corazón latiendo acelerado, pero seguramente era el suyo, que hacía eco.

Se acercaba, se acercaba ya. Entró en el baño y pasó la puerta. Saltó hacia él y le clavó las tijeras en la espalda, y no esperó a que cayera, no sabía si las había clavado del todo, no sabía dónde las había clavado, no quería ver lo que había hecho, y mientras corría por el pasillo un grito desgarrado la detuvo bruscamente: "mamáaaaaaaa"

sábado, 6 de junio de 2009

Nada cambia

Hoy era hoy. Si hoy hubiese sido mañana, o ayer, hubiese resultado demasiado extraño.

A hoy le seguirá otro hoy, y el mañana no existe, porque en realidad es hoy. Otra vez. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar.

No hay mañana, sólo hoy, una y otra vez hoy, siempre hoy. Es perfecto el hoy, totalmente estudiado, analizado y perfeccionado.

Mañana será hoy (porque será hoy), pero por un instante, cuando la aguja larga casi esté rozando el doce, hay posibilidades, existe una mínima oportunidad de que hoy sea mañana, aunque ello suponga el caos, el descontrol, e incluso la muerte.

lunes, 1 de junio de 2009

Libertad

Llevaba semanas buscando el regalo perfecto, aquel que, cuando abriese, iluminase sus ojos, los llenase de sorpresa, y siempre ocupase una parte de sus recuerdos. Y lo encontró, dos días antes de su cumpleaños, tendida en la bañera, con el agua caliente relajando sus músculos tensos por el instante, con lágrimas imperceptibles que sólo se descubrían por el sabor, y con aquella cuchilla presionando, deslizándose, penetrando en sus delicadas muñecas y tiñendo el agua lentamente mientras el sueño la alcanzaba.

martes, 26 de mayo de 2009

¡Átame!

Después de tres días apenas podía moverse, se había quedado anquilosado, ¡y sólo en tres días! Tendría que empezar a hacer deporte cuando todo esto acabase. Y todo por una frase de mierda en el momento más inoportuno. ¡Joder! ¿Cuándo coño va a soltarme?

“Cariño, por favor, de verdad que lo siento. Perdóname. Te juro que no pensaba cuando dije eso”.

sábado, 23 de mayo de 2009

0 - 0

Ramón arranca por la derecha, se encuentra con Albero y Soria, intenta irse de los dos pero Soria la echa fuera. Saque de banda.

Lorenzo la saca rápido para Josele, y éste conecta con Tacho que se adentra en el área y chuta con todas sus fuerzas, ¡¡¡¡huyyyyyyyyyyyyy!!!! Ha estado a punto, la cabeza ha tocado el larguero y hay que cambiarla. Por cierto, Marinelli, ¿qué opina del partido que estamos viendo?

viernes, 22 de mayo de 2009

Baby

Sólo dejó de llorar cuando lo estampó contra la pared.

jueves, 21 de mayo de 2009

Déjame que te deje tenerme pena

Era ya tarde pero ella seguía allí, esperando que se desmoronase, aguantando estoicamente el momento de dolor que llegaría. Lo miraba con pena, como se mira a un condenado, una cadena perpetua de sufrimiento que apenas había comenzado.

Él, mientras tanto, se regodeaba en su papel de víctima, sintiéndose a gusto en todo momento, poniendo las caras adecuadas, el rictus esperado, la mirada perdida. La muerte de su esposa había sido algo inesperado para todos, salvo para él.

Llegó el momento, por fin comenzó a llorar. Ella se acercó y lo abrazó con fuerza, sintió su cuerpo caliente y se puso cachondo, buscó su boca como en un acto desesperado, y fue correspondido. No esperaba menos, su táctica había vuelto a funcionar.

viernes, 15 de mayo de 2009

El hijo del amor

Nueve meses había tenido que esperar, pero ya quedaba poco para cumplir su sueño, pronto lo tendría entre sus brazos y podría verle la carita. El parto había sido complicado, al final tuvieron que dormirle y hacerle la cesárea, estaba agotada y sus ojos se cerraban, pero aún no lo habían traído, le estaban haciendo pruebas, eso le decían. También le dijeron que se había agarrado a ella, que no quería salir, y entonces aún le quiso más, porque él ya le quería sin conocerla, sin haberla visto nunca. Era su mamá y siempre lo sería. ¡Cómo deseaba tenerlo ya entre sus brazos!

Al cabo de un rato entró la enfermera, una señora agradable y charlatana que siempre conseguía sacarle una sonrisa. No habló demasiado, ni siquiera hubo sonrisa, pero le dio igual, traía en sus manos a su hijo, su cosita, su tesoro, su bichito, su corazón. Cuando se lo puso entre los brazos sintió un escalofrío de placer.

Y era precioso, un bebé realmente precioso, con sus ojitos amarillos, y la garra que abrazaba su dedo y lo cogía con fuerza, las escamitas verdes alrededor del ombligo, y la pequeña lengua viperina que sacaba cuando bostezaba. Se enamoró de él al instante.

jueves, 14 de mayo de 2009

Cadena perpetua

Cada noche la condena eterna, la tortura infinita. Las pesadillas son recurrentes, y ya apenas duerme, pero no hay escapatoria, él lo sabía inevitable, por eso su último deseo: "quiero que sueñes conmigo".

Suicidio

Era su cumpleaños. Yo le decía, antes de que soplara las velas, que tenía que pedir un deseo, pero yo lo oía claramente: “quiero que sueñes conmigo”. Entonces nos acostábamos y nos debíamos dormir porque recuerdo que volaba con él, a su lado. Hasta que llegó un momento en que volaba yo sola, él ya no estaba, y yo sentía una inquietud, un desasosiego enorme, y miraba hacia abajo, buscándolo. Y entonces fue cuando me despertaron con el timbre.

El policía la miraba comprensivamente, asintiendo con la cabeza. Se dio la vuelta y le dijo a los del 061: “Es la mujer. Creo que está en estado de shock, dice que ha soñado con él”.

martes, 12 de mayo de 2009

On ice

Se tumbó, y permaneció tanto tiempo allí que hizo un agujero y cayó al agua.

martes, 5 de mayo de 2009

Para siempre, jamás

La frente apoyada contra la ventana, los ojos enrojecidos, el Dr. Simon mira el sol que se levanta sobre la ciudad. No puede dormir, no puede llorar, no puede olvidar, es imposible que su vida vuelva a ser como antes. No después de saber que Ella ya no volverá. Porque aunque siempre hay una posibilidad de retorno, sabe que esta vez no será así.

Se sienta en el sillón que hay frente a la ventana y siente que, como su vida, él tampoco será el mismo nunca más. Sin Ella nada será igual. Vendrá el caos, la confusión, el miedo…Todo lo que pensaba que había sido desterrado de su interior volverá, se instalará en él y no desaparecerá jamás.

¿Por qué tuvo que decírselo? Podía simplemente haberse marchado, pero tuvo que decirle que se iba con otra persona, “alguien que me hará feliz”, eso dijo. ¿Quién le iba a hacer más feliz que él? La adoraba, la idolatraba, su vida le pertenecía … Cómo podía pensar que otra persona la iba a hacer más feliz si su felicidad era la prioridad de su vida. Seguía sin entenderlo y ya habían pasado varias horas desde que se lo había dicho. Sabía que por mucho tiempo que pasase nunca lo entendería.

Nunca había sufrido el sentimiento de pérdida. Nadie le había abandonado. A ratos piensa que no debería estar comportándose así, que es una persona adulta, autosuficiente, respetada, que estas cosas se deben llevar con más entereza, que no debería haber llorado, que no debería estar compadeciéndose de sí mismo, que estas cosas no le pasan a las personas como él. Pero otros momentos se enciende y se enfada, y sus venas se hinchan, y su corazón se dispara, y se le nubla la vista y todo se oscurece ante su furia.

El Dr. Simon se levanta y hace una llamada. No tarda mucho, se vuelve a sentar, el sol ya calienta y se encuentra a gusto mirando por la ventana. Como si fuese una televisión grande que le mostrase lo que fue, lo que debería haber sido, lo que tuvo y ahora no tiene. Él había pensado que sería para siempre. “Para siempre”, qué fácilmente nos engañamos. La vida que habían compartido había tenido de todo, pero él, en su ignorancia, creía en el “para siempre” que había surgido en su cabeza. ¿Qué había hecho mal?, ésa era la pregunta que retumbaba en su interior una y otra vez. A lo mejor la había querido demasiado, a lo mejor se había confiado tanto de su amor que no había visto que Ella necesitaba más, que Ella quería más. Ahora ya es tarde, Ella se ha ido y el vacío que siente dentro de él no se llenará fácilmente. Pensar que Ella ha estado en los brazos de otro le come por dentro. Así que desecha esa idea, no quiere pensar en eso. No puede pensar en eso.

Llaman a la puerta. El Dr. Simon se levanta y abre. Entran personas que gritan, que le dicen que se tumbe, que ponga las manos en la cabeza, que no se mueva…..Están todos nerviosos. Muy nerviosos. El Dr. Simon se tumba en el suelo y pone las manos como le dicen, alguien se pone encima de él, lo cachea y le esposa las manos a la espalda. Después lo levantan entre dos. Dos personas vuelven de la habitación, la cara triste y desencajada, el ánimo hastiado. Está muerta, dice uno. Estrangulada. El Dr. Simon pensaba que no podría volver a llorar. Se equivocaba.

jueves, 30 de abril de 2009

Aburrimiento

Me los regalaron por mi quince cumpleaños. Venían en una pecera redonda, con su red para pescarlos, y su bote de comida. Naranja y Brillante eran naranjas, pero me pareció un poco patético ponerles Naranja 1 y Naranja 2, aunque no los distinguía y los nombraba al azar, pero cuando te regalan mascotas lo normal (lo que se espera) es que les des un nombre.

Cada día les echaba su comida, cada día hacían sus caquitas, y cada semana les cambiaba el agua de la pecera. Eran unos animales aburridos y sin sentido que lo único que me enseñaban era el tedio que supone ser pez.

Después de unos meses (largos meses), Naranja (o puede que fuese Brillante) apareció flotando. Flotaba de lado, aunque siempre había oído que cuando mueren flotan panza arriba, pero es mentira. Así que lo pesqué con la red, y su última zambullida lo debió llevar por tuberías interminables hasta alguna depuradora.

Seguí con mi rutina, pero yo notaba que Brillante (¿o era Naranja?) se aburría muchísimo (casi tanto como yo), porque no dejaba de dar vueltas y más vueltas a aquella pecera redonda. Era mareante mirarlo. Además, estaba el hecho de que tenía que seguir cambiando el agua de la pecera, un trabajo engorroso a más no poder, sobre todo por un solo pez.

Un día, que me desperté con mi vena investigadora, decidí hacer un experimento: eché una gota de una colonia asquerosa (verdaderamente asquerosa) en la pecera. No pasó nada. Al día siguiente, eché dos. No pasó nada. Treinta y seis gotas necesité para probar que los peces no soportan el alcohol, treinta y seis interminables días para que Brillante (¿o era Naranja?) decidiese flotar de lado en aquella pecera redonda.

domingo, 26 de abril de 2009

Medicina alternativa

“Tranquila, yo liberaré tu mente”, y como lo prometido es deuda, programó la trepanación para las cinco.

jueves, 23 de abril de 2009

Oda a la Z

Erez mi preferida, quizá por zer la última, quizá por el zigzag con el que ezcribo eztaz palabraz. Porque erez como un rayo que toca tierra, porque erez divertida, zalada, zopenca, que baila con la a, zarrapaztroza, ze revuelca con la o, horizontal, y juega con la u, azulada, zabiendo ezcoger los pazoz de baile perfeztoz para convertirze en pirueta. Me guztaz zobre todo porque nunca zozobraz, pero tampoco zofaltaz.

Salto en paracaidas

Abro los ojos por fin, me noto veloz, ligera pero pesada, y el silencio que me rodea me oprime, pero también me libera, me siento hechizada, obligada a él, rendida a él. Por eso no grito, por eso el silencio se mantiene hasta que llego al suelo y me destrozo contra él.

lunes, 20 de abril de 2009

El pecho abierto

Marrón, todo marrón, quizá lleno de fango o lodo, como lo que se deposita en el fondo del agua estancada. También se atisba un poco de rojo, latiendo sin descanso, pero demasiado escondido como para asegurar su presencia. Todo se mueve al unísono, pero todo se vuelve marrón en cuanto llega al final, el fango no es digestivo. ¡Cómo huele a podrido!, mejor me salgo y cierro. Tendré que coser con cuidado, no quiero que vuelva a abrirse la herida, el lodo lo pone todo perdido.

viernes, 10 de abril de 2009

Ctrl+Alt+Supr

Estaba delante de él, no se atrevía a tocarlo, sabía que las consecuencias serían imprevisibles. El botón era rojo, reluciente, resplandeciente, imposible pasar inadvertido en la habitación llena de botones, era como la sangre en una habitación blanca, no podías dejar de mirarlo. Y cuando sabías que ése era el botón, aún peor, te acercabas, lo tocabas suavemente sin atreverte a presionarlo, hacías círculos a su alrededor, consciente de las repercusiones de su existencia. Lo apretó de repente, sin pensarlo, y en un instante todo desapareció, se sintió tan liviana, tan llena de comprensión. Una puerta se abrió y llegó su padre, ella lo miró con extrañeza, y él supo que el botón había sido presionado. La abrazó violentamente, la besó en la frente, y sólo pudo preguntar: ¿recuerdas tu nombre?

sábado, 4 de abril de 2009

Cadena ilógica

El perro no ladró, el niño no lloró, la sangre brotó.

viernes, 3 de abril de 2009

Decoración de interiores

Recorrió la habitación admirando su obra de arte. Ahora ya comenzaba a gustarle la decoración, y todo gracias al pequeño sacrificio de su vecino. Seguro que él no opinaría lo mismo, pero agradecería que ya no pasease incansablemente por la habitación, podría sentarse a disfrutar de la estancia con tranquilidad. Cuanto más miraba la pared, más dibujos escondidos encontraba en las salpicaduras.

martes, 17 de febrero de 2009

Viaje en tren

Después del frenazo brusco vimos al perro con el brazo, y nadie hizo más comentarios.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Entierro

Subimos al autobús como corderos, por lo menos era puntual, y tras sentarnos en cualquier asiento, sólo esperamos a que se pusiese en marcha.

Había muchos viejos, quizá perdidos en un autobús que no les llevaría a destino alguno, pero estaba allí, como los otros, y a ellos les daba igual, sólo importaba el viaje, ni el comienzo ni el final tenían sentido.

Cuando llegamos se notó el nerviosismo, no querían bajar, algunos comenzaron a llorar sabiendo que se habían equivocado, pero ya era tarde, no había viaje de vuelta. “Eso les pasa por no preguntar”.

Bajamos, algunos por propia voluntad, otros obligados; nos dieron una pala, nos mostraron el lugar correspondiente, y todos empezamos a cavar en el sitio que nos había tocado. El autobús ya se había marchado, el viaje llegaba a su fin.

viernes, 23 de enero de 2009

1 de Mayo

La Celebración era esa noche y sólo faltaba su sección por elegir. Habían quedado después de comer para la votación y todas lo tenían bastante claro, así que sólo hubo un nombre común a todas las papeletas.

Ya por la noche acorralaron a su presa como leonas hambrientas, y ella, como corderito asustado, se dejó engañar.

En el muelle de carga, todo preparado, habían dispuesto unos palés como altar improvisado, y todas las secciones estaban ya presentes.

Comenzaron los de bazar, por lo visto el elegido era sobrino de un jefazo. En cultura, la chica había batido todos los records de ventas; y la de textil se había tirado al jefe.

Las cajeras habían votado a la chica perfecta, ésa que cualquier jefe quiere tener a su cargo. También con ella siguieron el ritual: las manos y las piernas atadas en cruz, y sus compañeras, una por una, hundiendo su cuchillo en carne.

La primera se acercó lentamente y clavó el cuchillo en aquel cuerpo perfecto, que emitía aquellos gritos perfectos, y un montón de cables salieron de su cuerpo, y una risa perfectamente perversa anunció un futuro más humano.

martes, 13 de enero de 2009

Fantasmas

Todo comenzó por obligación, pero se ha convertido en un placer que disfruto cada noche, cuando es tarde y apago las luces, y deambulo por la casa a oscuras, intentando no tropezar, no chocar, aprendiéndome cada centímetro.

Sé que podría caminar con los ojos cerrados, primero está el perchero, después la banqueta, más allá la estantería, y, por fin, la cama que me espera. Rozo la pared para saber dónde acaba, extiendo mis brazos para buscar la puerta del baño, el silencio y la oscuridad me abrazan, me siento cómoda con ellos.

Ya no es como antes, que me veía sumergida en un abismo insondable, y notaba manos que me intentaban agarrar, veía monstruos e imaginaba presencias. Ahora son mis manos las que agarran, y soy yo la que imagino personas asustadas que no saben que estoy ahí, que me adivinan y corren miedosas a sus camas, intentando no pensar en la oscuridad y el silencio que les rodea. Me he convertido en mi propio fantasma.