martes, 14 de julio de 2009

Segundo intento

Cuanto más pensaba en ello, más le seducía la idea. Pero necesitaba una planificación inmaculada, la precisión era esencial. El tiempo jugaba a su favor, no había prisas. Decidió que lo mejor eran las drogas, una que no dejase residuos, instantánea, fulminante, que le detuviese el corazón de repente, y para siempre.

La encontró al cabo de varios meses, y compró por Internet el doble de la dosis letal.

La despedida fue horrible, pero se planteó un futuro sin él y nada más importaba. Se la daría justo antes de ir a trabajar y se consideraría accidente laboral, y además del seguro, la pensión por viudedad, y el piso, tendría una indemnización. Merecía la pena.

La llamaron al cabo de tres horas. Sabía que era la llamada y estaba preparada, pero la sorpresa fue real. Estaba en el hospital, lo habían recuperado, pero las secuelas serían importantes si sobrevivía.

A los cuatro meses volvió a casa, en silla de ruedas, con la cabeza ladeada y babeando, con más de la mitad del cerebro muerto, y convertido en la cárcel que merecía.

Pero ahora sería más fácil.

sábado, 4 de julio de 2009

My own private diary

Martes, 31 de Abril de 2009.

El sujeto se ha levantado bien, ha desayunado normalmente, y ha dormido su siesta matutina. En la comida ha estado un poco arisco, pero hemos tenido una conversación interesante, nos comunicamos con facilidad.

Por la tarde hemos salido. Nos cuesta no hablar en la calle, estamos tan acostumbrados que resulta peligroso por momentos. Hemos estado con Laura y Xena, y ha jugado mucho. Le encanta el parque, es feliz allí.

Cenó levemente porque estaba cansado. Antes de dormir me dijo que tenía ganas de salir, le puse el collar, y cuando enganché la correa me dijo: "Te quiero".

Lo sé desde hace tiempo, pero la declaración me obliga a tratar este tema con él. Resultará difícil para los dos.