jueves, 15 de abril de 2010

Intruso

Descolgó el teléfono rápidamente, puesto que ya sonaba cuando salió del ascensor, y después de muchos "hola, ¿hay alguien ahí?" sintiendo que realmente había alguien ahí, colgó. No le dio más importancia. A raíz de esa llamada, cada día, cuando salía del ascensor, ya oía el timbre del teléfono sonando imparable, y digo imparable porque si no lo descolgaba, sonaba y sonaba, y volvía a llamar, una y otra vez hasta que, por cansancio, terminaba descolgándolo. Ella misma se extrañaba de no tener fuerzas ni decisión para desconectar definitivamente el teléfono, pero la curiosidad podía con ella. Esperaba que algún día, la persona que estaba al otro lado, dijese algo, lo que fuese, ya daba igual, lo único que buscaba era una voz, una palabra.

Ya eran tres meses los que habían pasado desde la primera vez, y esa tarde se extrañó cuando salió del ascensor. El teléfono no sonaba. Pensó que por fin había terminado la pesadilla, y que nunca conocería a la persona que se escondía al otro lado del aparato. No sabía si era la pena o el alivio lo que predominaba, pero sacó las llaves, dejó el bolso en la cama, y se olvidó del asunto. Aunque no por mucho tiempo, porque después de la ducha, de la cena, y una vez sentada en el sofá, a la espera de la serie de los miércoles, cogió el teléfono y marcó las teclas que le permitirían hacer una llamada a la última persona que le hubiese llamado a ella, y cuando sonó el primer tono, una música, procedente de su habitación, la dejó helada.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Plagiaria. ;-)

Cruella dijo...

De Cortázar, ¿verdad?.

Ya decía yo que la idea me sonaba mucho, la historia me parecía demasiado predecible.

Cosas que pasan.

Un saludo.

Cruella dijo...

No es de Cortázar...

Anónimo dijo...

No, es mía, claro. :-)

Cruella dijo...

Lo sabía, sólo había dos posibilidades.

Espero que te sientas halagado. ;-)

Un saludo

Anónimo dijo...

La verdad, ni halagado ni ofendido. Sólo me pareció curioso.

Rose Kavalah dijo...

No sé qué me da que te encanta Poe.

Anónimo dijo...

?? Estos relatos no se parecen a los de Poe en nada.

Rose Kavalah dijo...

Anónimo, yo no he dicho que se parezcan.

He dicho que creo que le deben de gustar Poe.

un saludo

Anónimo dijo...

Y en qué te basas, pues, para la afirmación?

Rose Kavalah dijo...

no lo sé, intuición supongo

Anónimo dijo...

Ah, bueno, era una afirmación gratuita entonces. Nada que objetar, en tal caso.

Rose Kavalah dijo...

No, no era una afirmación, de hecho más bien creo que era una pregunta camuflada. Y ya te he dicho que se basa en la intuición, tampoco la consideraría gratuita.

Y no seas tan prepotente por favor, no con alguien que ni conoces, y mucho menos por tonterias como esta.

Cruella dijo...

Uau!! ¡Más comentarios en este post que en más de seis meses!

La verdad, Rose, Poe me gusta, pero hace muchos años que lo lei y aún no he podido volver a él. Ahora estoy con otras cosas.

No sé de quién puedo estar influenciada puesto que no me baso en nadie para escribir mis relatos. Pienso una historia, busco las palabras adecuadas, e intento no añadir más de lo estrictamente necesario. Cuánto más corto, más impactante. Eso sí, tengo una mente retorcida, siempre pienso lo peor, y si hay sangre de por medio, mejor. ;-)

Un saludo a los dos.

Anónimo dijo...

[Dada la cantidad de erratas de mi mensaje anterior, lo vuelvo a incluir aquí corregido. Cruella, te rogaría que en tu calidad de administrador del blog, borrases mi comentario anterior para evitar la duplicidad.]

Estimada Rose.

Creo que no existe base alguna para su intervención en la que me califica de "prepotente".

En mi comentario anterior, he usado un calificativo sobre su afirmación previa, no sobre su persona. Usted, por el contrario, ha dado un salto cualitativo y me ha calificado personalmente. Es obvio que usted no me conoce más de lo que yo la conozco a usted, así que juzgue usted misma si está justificado ese argumento "ad personem" que me ha aplicado, cuando yo no he incurrido en una actitud semejante para con usted.

Juzgar las palabras que alguien (usted, en este caso), de modo voluntario, expone públicamente a la consideración de los demás, incluso cuando se haga con dureza y poco acierto, no puede resultar nunca equivalente a juzgar a la persona que emite la opinión. Toda opinión es atacable, ninguna debe estar más allá del alcance de los argumentos o las impresiones de los que la leen. El trato a las personas, por el contrario, debe incluir el respeto y debe evitar los calificativos groseros. Me parece algo de una absoluta evidencia, una regla de urbanidad indiscutible.

Ofenderse en lo personal porque alguien contradiga lo afirmado por uno tampoco es de recibo. No hay ataque personal a usted en mis afirmaciones. Sería ridículo puesto que, como usted misma dice, no la conozco en absoluto. Por otro lado, si considera que me he conducido de manera poco elegante, no tengo problema en disculparme.

No le voy a exigir que haga lo propio, tampoco me parece tan importante, pero sí estaría bien que reflexionase en el futuro antes de motejar a un contertulio refiriéndose de manera gratuita a cualidades personales de él que desconoce.

Un saludo.

[Siento el lío, C. Ya sabes cómo va esto. :-) Me largo.]

Rose Kavalah dijo...

No me caes bien. Me pareces altanero y pedante.

Pero acepto tus disculpas.

Anónimo dijo...

¡Vaya, gracias por esa deferencia de aceptar mis disculpas! Me quedo infinitamente más tranquilo, sobre todo cuando añade "altanero" y "pedante" a sus calificativos personales sobre mí, de alguna manera reafirmándome en lo expresado en mi argumentación. En cuanto a lo de "caerle bien", nada más lejos de mi intención que encaminar mi actuación con el dudoso fin de caerle bien a nadie, y menos a quien tiene por costumbre dirigirse de ese modo tan poco elegante a sus contertulios. Por ese lado, todos tranquilos.

La verdad, no creo que su comportamiento sea el adecuado y me parece que es perfectamente evitable el dirigirse a otra persona en términos ofensivos. Cada cual sabrá, no obstante, y a cada cual le irá como tenga que irle.

Un poco triste todo esto, en todo caso. Sobre todo por lo que tiene de recurrente en la blogosfera.

Le deseo suerte para el futuro.

[Y disculpas a ti, Cruella, de nuevo. Error por mi parte. No volverá a ocurrir. Saludos.]

Cruella dijo...

Rose, te agradecería que te disculpases, pues opino que las descalificaciones personales no tienen cabida en mi blog.

No creo que por las intervenciones de anónimo puedas saber si es altanero, pedante, simpático o rubio. Aquí sólo hay palabras, y las palabras no son nunca una muestra de lo que una persona es en realidad.

Es una pena que esto vuelva a ocurrir una y otra vez. Dan ganas de mandarlo todo al carajo...

Cruella dijo...

Imaginemos esta conversación en la vida real (la haremos más coloquial para que parezca de verdad):

- Fijo que le gusta Poe
- ¿Por qué lo dices? Sus relatos no tienen nada de Poe.
- No sé, tiene pinta de que le gusta Poe.
- ¡Ah!, vale, no tiene nada que ver con los relatos...
- Por favor, no seas tan prepotente.

Y así demostramos que las conversaciones en la red no tienen nada que ver con la realidad.

Un saludo

Viktor dijo...

En mi opinión, no merece la pena insistir, Cruella. Creo que el asunto está bastante claro para todo el que quiera verlo.

No preciso ni deseo disculpas de nadie y me gustaría, si es posible, que no se volviera a mencionar la cuestión.

Me retiro, arrepentido de mi momentánea debilidad y especialmente enojado conmigo mismo, pues, por mi edad y mi experiencia (más dilatadas, me atrevería a aventurar, que la del resto de los implicados), debería evitar estas situaciones.

Juro que en esta ocasión fue una verdadera curiosidad bienintencionada la que me llevó a interpelar a un tercero ante una intervención que no acababa de comprender. En buena hora.

Siento las molestias y te agradezco tus intervenciones. Un saludo.

Rose Kavalah dijo...

Cruella, no acostumbro a alargar las cosas demasiado y esto ya roza mi gusto si te soy sincero, pero en este caso prefiero contestarte porque por el poco contacto que he tenido contigo me has resultado bastante agradable.

Yo no sé si anónimo (Viktor creo) es soberbio, discreto, rubio o simpático. Yo sólo sé lo que a mí me ha parecido ser.

Dices que las palabras no son muestra de lo que una persona en realidad es y yo no podría estar más en desacuerdo. Difícilmente podrás escribir algo que no estés capacitado para pensar, la escritura no la veo más que como una extensión de tu forma de ser, otra más de tantas. Hay quienes hablan para expresarse, hay quienes tocan el piano, quienes cantan y hay quienes escriben. Las palabras y sólo las palabras me han facilitado conocer personas maravillosas, amigos de hecho. La sensibilidad de alguien se puede percibir en cualquier pequeño detalle, y personalmente no necesito un examen exhaustivo para percibir esos detalles. Del mismo modo me sucede justo lo contrario.

No me gusta nada tener que estar explicando porqué me parece esto así o asá, y menos porqué digo lo que digo, me agota, me puede.

Cómo bien dices aquí no hay más que palabras, y asumo que tal vez si en vez de leer lo que escribía, me lo hubiese dicho frente a frente mientras me sonreía o con cierto tono que aquí no alcanzo a percibir, mi reacción hubiese sido algo distinta y hubiese atenuado mi desagrado en parte, pero lo cierto es que aquí no tengo más dónde agarrarme, y normalmente me suelo evadir de gente que no me aporta nada.

Cruella, yo no tengo ni idea de lo que pasó antes en tu blog, por tu comentario intuyo que algo que no te gustó. No es mi intención discutir con nadie ni desfigurar tu blog con trifulcas sin sentido día tras día, nada más lejos.

Entiendo que anónimo (Viktor, creo) sea tu amigo y no te guste nada que le falten al respeto, a mí tampoco me gustaría, pero yo no siento haber insultado a nadie, pocas veces lo hago. Es sólo que en un momento dado no me ha gustado algo que yo he percibido y así lo he hecho saber, siempre lo hago.

¿Y tal vez me acabe resultando la mar de majo y alguien muy interesante? Pues puede, tal vez, no sería la primera vez. Pero ya te digo, normalmente mi primera reacción cuando algo no me gusta suele ser la de dejarlo en el momento, y es lo que he hecho en este caso.

Cruella dijo...

Rose,

Una cosa es "pasar" y otra aportar un calificativo que nada tiene que ver con el resto de la conversación para intentar que la otra persona se aparte de tu camino.

Por cierto, quizá debas revisar el diccionario y buscar las acepciones de altanero, pedante y prepotente, si dice que es algo bueno me avisas, por favor.

Y te voy a contar un secreto, hay verdaderos hijos de puta disfrazados de escritores agradables y complacientes.

Y con esto se acabó la discusión.

Saludos.

Rose Kavalah dijo...

Bien, en cualquier caso siento Viktor si te ha incomodado algo, o a tí Cruella, tal vez tenga un mal día y me moleste todo más de la cuenta.

Cruella dijo...

Disculpas aceptadas.

Anónimo dijo...

Por mí también aceptadas.

Sólo confío en que en sus próximos "días malos" no la emprenda otra vez con quien tenga la desafortunada ocurrencia de interpelarle. No dudo de que yo le haya "molestado" (tal vez debido a la predisposición a que se refiere en tu último comentario, tal vez debido a mi modo de formular las réplicas, da lo mismo), y reitero mi pesar por ello, pero sigo sin ver cómo se sigue de ese hecho el que pase usted sin más a dedicarme semejantes epítetos descalificatorios. Yo diría que si practica usted eso con asiduidad en el mundo real tendrá infinidad de problemas con la gente que haya cometido la imprudencia de "molestarle" en un "mal" momento (momento del que los de alrededor no tienen noticia hasta que no comprueban su reacción). Pero no soy quien para aconsejarle cómo debe conducirse, por supuesto.

Usted desconoce este dato, pero no Cruella: me tengo por un buen conocedor de la obra de Edgar Allan Poe. No me definiría, claro está, como un experto en él, ya que siempre me he acercado a él como un dilettante: mi carrera académica va por derroteros muy distintos, y apenas puedo dedicar tiempo a ese tipo de estudios. No obstante, he leído con placer toda la obra del virginiano (lo vengo haciendo desde hace más de treinta años) y he profundizado en algunos puntos, llegando a esbozar algunos trabajos de investigación que acaso pueda concluir si en el futuro estoy algo más liberado. Para mí siempre es un placer conversar sobre la obra de Poe, tanto la narrativa como las no menos apasionante poética y ensayística, y hasta de un asunto menor, como las (más bien desafortunadas) adaptaciones cinematográficas de sus relatos he tenido la ocasión de escribir alguna vez en los blogs que mantuve hace años y que ahora están inactivos: Cruella fue testigo de ello.

Al referirse usted de manera tan inesperada a Poe me sentí realmente intrigado, y me permití, dentro de mi perplejidad, bien señalada por el doble signo de interrogación, inquirir el motivo de su afirmación (o pregunta, como desee). El resto pudo ser un intercambio de frases demasiado escuetas que resultó desafortunado a la larga, pero no hubo intención ofensiva por mi parte, antes bien, dado que percibí que, como usted mismo declaró posteriormente, no estaba usted por la labor de argumentar la mención a Poe (más allá de un pálpito, que, claro, no da para más discusión), me retiré, sin más comentario. Lo de después, ya lo sabe usted.

No digo todo esto para justificarme, no creo precisarlo, se lo indico para que compruebe cómo sus impresiones, por respetables que sean, iban muy desencaminadas y cómo hemos perdido (ambos) la oportunidad de una conversación acaso fructífera.

Esa conversación ya no se producirá, ni ninguna otra. En lo sucesivo, le garantizo que no volveré a ocasionarle problema alguno: no nos volveremos a cruzar y si tuviéramos la mala suerte de hacerlo, me cambiaré de acera para evitar conflictos.

Le deseo lo mejor y suerte para el futuro. Lo digo sinceramente.

Saludos para usted y para Cruella.

Viktor

Rose Kavalah dijo...

Viktor, cuando decía que no me gusta explicar porqué digo las cosas, no me refería al comentario de Poe, sino a los posteriores “descalificatorios” de prepotente, altanero y pedante, pero en vistas a mi desafortunada malinterpretación ahora sí que quiero explicarlo.

Lo de que me parecías prepotente te lo dije porque en tus dos primeros escuetos intervenciones me sentí como avasallado, como si estuviese rindiendo cuentas con alguien. Tal vez por las 5 ??? del principio, tal vez por tu tono frío y seco, probablemente también por mi nefasto día (estaba realmente estresado por causas que no vienen al caso), no lo sé, pero me sentí así. Y luego en el tercer comentario cuando dijiste lo de “gratuito” tampoco me gustó nada, pensé que lo decías con retintín, y menos me gustó lo de “nada que objetar” a lo cual le encontré un sarcasmo de alucine (que ahora me dices que no era así y te creo, pero en su momento yo no lo sabía y así lo percibí).Y el resultado de estas cositas hizo que me parecieras un prepotente que no buscaba nada más que darme a entender que mi comentario de Poe era algo baladí que me podía haber ahorrado, puesto que tú eras el que más entendía de Poe (mira, en esto en parte no me equivoqué) y que me querías hacer saber que no se puede ir diciendo las cosas tan a la ligera, tan “gratuitamente”.

Lo de altanero y pedante en cambio fue a raíz de tu cuarto comentario, y por diversas razones. Por una parte no me gusta nada que me traten de usted. Entiendo que es una fórmula de respeto y que no es algo que me deba molestar, pero es que normalmente la gente que lo emplea (respecto a lo de internet se refiere, tanto blogs como foros) no lo hace más que para querer demostrar en cierto modo su superioridad y su buen hacer, para impregnarse un poco de cierto pseudo-intelectualismo. Tampoco me gustó que de pronto empleases frases como “ad personem”, me pareció ridículo y algo más para pretender demostrar como digo cierta distinción, cierto elitismo o no sé, porque realmente no venían a cuento expresiones como tal en un contexto como el nuestro. Por poner un ejemplo, algo como lo que hace Punset, que de pronto te suelta una frase en inglés en medio de una conferencia en castellano (y Punset me cae bien pero eso que hace no me gusta nada). Vamos, en realidad algo más que a priori no me debería de haber molestado, cierto, pero que sumado como digo a que ya no tenía buen concepto de antemano de ti pues contribuyó a que me parecieses altanero. Tampoco me hizo gracia que me pidieses perdón (bueno, tampoco fue muy claro pero algo insinuaste), porque lo encontré que lo decías con muchísimo sarcasmo. Y sin duda lo que menos me gustó fue ese guiño de complicidad final hacia Cruella, el “ya sabes cómo va esto :) Me largo”. Se me antojo como cuando estás discutiendo con alguien y de pronto te da la espalda con propósito de buscar algún tercero con quien poder reírse de ti.

Bueno, pues es por todo esto que como digo me pareciste no sólo prepotente, sino además soberbio y bastante pedante,y claro está que por consecuente no me caíste nada nada bien, y en aquel momento me salió hacértelo saber. Y no quiero excusarme ni mucho menos, no lo pretendo ya que de veras creo que actué de mala manera, al menos no de la manera que me gustaría actuar, pero sólo quería que entendieras porque dije lo que dije.

De todos modos tampoco hubiese podido conversar ampliamente acerca de Poe porque no sé mucho de sus escritos. Llegué a él sabiendo del gran interés de Cortázar por sus cuentos y porque sabía que venían traducidos al castellano por él, y eso es algo que como fiel amante de Cortázar me atrajo muchísimo. Y es así que leí en su día dos tomos de cuentos de Poe y me gustaron bastante tanto la temática como la manera de narrar (en particular me fascinó un relato, gato negro creo que se llamaba) pero poco más sé de él. Y en el plano personal pues un poco más de lo mismo, no sabría decir nada que no se pueda encontrar uno en cualquier biografía.

Y nada, reitero en disculparme por mi agria conducta tanto contigo como con Cruella.

Un saludo

Anónimo dijo...

No merece la pena insistir, todo está aclarado. Si acaso te diré que el "usted" vino después de un "tú" que utilicé al principio con naturalidad (siempre lo hago) y motivado solamente por tu "prepotente": es evidente que si ése era el tono que elegías había que marcar distancias. El guiño a Cruella venía sólo por incidentes pasados que eran semejantes a éste. Y lo demás ya está explicado.

Es posible que se rían de uno en la red, que le traten con displicencia o con prepotencia: pasa mucho, aunque mucho más pasa que a uno le hagan la pelota y le elogien hasta el empalago sin que realmente haya escrito nada como para merecerlo. Todo eso y más pasa por aquí, en más medida incluso de lo que pasa en la vida real. Pero de vez en cuando también se encuentra uno con gente simplemente normal, o con gente que sabe mucho de algunas cosas, o con gente que utiliza un lenguaje cuidado sólo por el placer de utilizarlo. Aunque esa gente sea minoría, es bueno conceder el beneficio de la duda a todo el mundo. Si uno confirma sus sospechas de que el otro es un imbécil, siempre tendrá tiempo de cambiar su tono amable. Pero si uno descalifica personalmente a una persona normal o agradable, el asunto tiene muy mala marcha atrás.

Este asunto, por ejemplo, no tiene marcha atrás posible. Soy un transeúnte en la red, estoy muy alejada de ella tras un periodo de mucha implicación. Es una completa anomalía el que yo haya pasado por aquí y una casualidad absoluta el que nos hayamos cruzado. Mala suerte el que haya ido tan mal. Cosas que pasan.

Hasta siempre, pues, y suerte con todo.

Viktor

P.S. Mi pasión por Poe es grande, pero difícilmente comparable con mi pasión por Cortázar. Aunque en mi caso el orden de encuentro fue el inverso. ;-)