viernes, 26 de junio de 2009

Sexo consentido

La recorrió con la mirada deteniéndose en los defectos que la hacían perfecta. Deslizó lentamente las manos por su cuerpo, haciéndole cosquillas sin risas. Correspondió a su desnudez mirándola a los ojos, su inmovilidad era excitante, sólo deseaba poseerla, y tras veinte minutos de sexo delicado, la tapó con la sábana y la metió en la cámara para otra vez.

4 comentarios:

Alicia dijo...

Tus últimos dos relatos han conseguido darme miedo de verdad

;-)

Y no es broma.

Un beso,
Alicia

Cruella dijo...

Ufffff, menos mal que ha sido miedo, llega a ser ternura o amor y sería como para mirárselo. ;-)

Un beso.

hécuba dijo...

Me ha gustado mucho. No por el tema en sí, sino por la forma en que has tratado el tema. Y me gusta el título. Es perfecto.

:)

Cruella dijo...

Gracias, Hécuba, me alegro de que te haya gustado.

Un beso.