sábado, 30 de abril de 2011

Y desapareció

A ratos te encuentro.

No en mi cotidianidad, hecha de pura rutina, sino en las sorpresas y los sobresaltos, en los cambios de rumbo y en los caminos equivocados. En las palabras que no se dicen en alto, y en las sensaciones de mi cuerpo. En el lugar más recóndito, en la magnitud del espacio.

Te descubro en un trago de espuma de mar.

Apareces en la soledad, en las sombras, en lo obscuro, cuando el sol se va y surgen los fantasmas. Y si miro debajo, no hay nada. Puro vacío.

Por eso te encuentro, porque tú eres mil.

A ratos, incluso, te busco. En las horas del día, en los cuentos que leo, provocándote, haciéndote salir a mi paso, para que, con tu pirueta de funambulista, hagas tu truco de magia y desaparezcas tras el humo. 

domingo, 3 de abril de 2011

Shhh

Se comunicaban con silencios. Y a base de observación llegué a dominar su lenguaje. Me hice experta en miradas y gestos casi imperceptibles, pero ellos ni siquiera me miraban. Las palabras me parecían falsas y vacías de significado, y cuando hablaban conmigo me enfadaba. ¿Por qué no utilizaban el mismo lenguaje conmigo? Me sentía excluída. Ellos formaban su propia familia, y yo era la extraña a la que hablaban con cariño, pero sin verdadera emoción.

martes, 29 de marzo de 2011

Alive

El ojo de buey que presidía la fachada parpadeó varias veces como si la extraña fuese yo.

viernes, 18 de marzo de 2011

Visión

Aquella fue la última vez que lo vi. A veces me zambullo en los recuerdos, pero pronto una voz, un sonido, una mano que se posa rápida en la mía me despiertan, y las imágenes se diluyen en palabras. Y todo vuelve a ser oscuridad.

lunes, 14 de marzo de 2011

Plan

A la mañana siguiente ya no estaban. El dueño de la casa me encontró y me llevó hasta la parada más cercana. Me dijo que no me preocupase, que yo ya había pagado mi parte y que la parte de mis amigos no la tenía que pagar yo. Las lágrimas me caían lentamente por el rostro ya morado, no podía articular palabra.

Cuando volvimos a reunirnos, cada uno me pagó su parte y empezamos a planear el siguiente fin de semana.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Atrevimiento


Y si entre toda esa furia
te hubiese vislumbrado,
no sé,
no sé qué hubiese podido pasar.
Seguramente nada,
no es necesario engañarnos,
ya no hay nada que perder.
Ya no hay nada que tener.
Y quizá nunca lo hubo.
Seguramente nada:
la verdadera mentira,
o también una ilusión.