Después de tres días apenas podía moverse, se había quedado anquilosado, ¡y sólo en tres días! Tendría que empezar a hacer deporte cuando todo esto acabase. Y todo por una frase de mierda en el momento más inoportuno. ¡Joder! ¿Cuándo coño va a soltarme?
“Cariño, por favor, de verdad que lo siento. Perdóname. Te juro que no pensaba cuando dije eso”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario