lunes, 14 de diciembre de 2009

LOVE

La flecha cruzó rauda y veloz hasta llegar al objetivo, Cupido reía a carcajadas, y el chico que la miraba bailar ya estaba muerto.

martes, 8 de diciembre de 2009

Convivencia

- Todo hubiese sido más fácil si él se hubiese ido, pero empezó con la serenata de siempre: que si esta casa es mía, que si vamos al juzgado te dejaré sin nada, que todo lo que tenemos es gracias a mí, y no puede evitarlo, no podía ir a ningún otro lado, no había otra posibilidad.

- Lo que nos intriga es cómo lo metió en la habitación.

- ¡Ah!, ¿pero aún no lo saben?. La construí con él dentro.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Oportunidad

Lo dejó pasar, como el que espera el autobús y no lo coge, y se queda sentado en la parada aún sabiendo que ése es el suyo, a la espera de una señal que no llega, y cuando arranca se da cuenta de que tendría que haber subido.

Así se sentía él, como un idiota.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El espejo

Cuando vi tu aliento sobre su pecho me estremecí de placer. Nunca antes una situación tan excitante, nunca antes una desconocida en nuestra cama. Nuestras miradas prendidas en el espejo, ella con una sonrisa burlona, y yo, un poco asustada.

El mordisco me despertó, la sonrisa seguía allí, el hilillo de sangre recorriendo mi torso.

martes, 14 de julio de 2009

Segundo intento

Cuanto más pensaba en ello, más le seducía la idea. Pero necesitaba una planificación inmaculada, la precisión era esencial. El tiempo jugaba a su favor, no había prisas. Decidió que lo mejor eran las drogas, una que no dejase residuos, instantánea, fulminante, que le detuviese el corazón de repente, y para siempre.

La encontró al cabo de varios meses, y compró por Internet el doble de la dosis letal.

La despedida fue horrible, pero se planteó un futuro sin él y nada más importaba. Se la daría justo antes de ir a trabajar y se consideraría accidente laboral, y además del seguro, la pensión por viudedad, y el piso, tendría una indemnización. Merecía la pena.

La llamaron al cabo de tres horas. Sabía que era la llamada y estaba preparada, pero la sorpresa fue real. Estaba en el hospital, lo habían recuperado, pero las secuelas serían importantes si sobrevivía.

A los cuatro meses volvió a casa, en silla de ruedas, con la cabeza ladeada y babeando, con más de la mitad del cerebro muerto, y convertido en la cárcel que merecía.

Pero ahora sería más fácil.

sábado, 4 de julio de 2009

My own private diary

Martes, 31 de Abril de 2009.

El sujeto se ha levantado bien, ha desayunado normalmente, y ha dormido su siesta matutina. En la comida ha estado un poco arisco, pero hemos tenido una conversación interesante, nos comunicamos con facilidad.

Por la tarde hemos salido. Nos cuesta no hablar en la calle, estamos tan acostumbrados que resulta peligroso por momentos. Hemos estado con Laura y Xena, y ha jugado mucho. Le encanta el parque, es feliz allí.

Cenó levemente porque estaba cansado. Antes de dormir me dijo que tenía ganas de salir, le puse el collar, y cuando enganché la correa me dijo: "Te quiero".

Lo sé desde hace tiempo, pero la declaración me obliga a tratar este tema con él. Resultará difícil para los dos.

viernes, 26 de junio de 2009

Sexo consentido

La recorrió con la mirada deteniéndose en los defectos que la hacían perfecta. Deslizó lentamente las manos por su cuerpo, haciéndole cosquillas sin risas. Correspondió a su desnudez mirándola a los ojos, su inmovilidad era excitante, sólo deseaba poseerla, y tras veinte minutos de sexo delicado, la tapó con la sábana y la metió en la cámara para otra vez.

lunes, 22 de junio de 2009

Terror

Se levantó lentamente, desnuda, como siempre dormía, y fue caminando despacio, descalza, con un tambor en el pecho que apenas la dejaba oír, pero tan atenta a los sonidos imperceptibles que en un momento incluso pensó que eso debían sentir los superhéroes: sus sentidos multiplicados. Se río por dentro, "no te rías, no tiene puta gracia", se riñó a sí misma.

En el baño encuentra poco con lo que defenderse, hasta que recuerda las tijeras, y también la lima de uñas. Incluso, si encontrase un mechero, podría abrasarle la cara con el desodorante, "olería bien durante un tiempo", pensó, y volvió a reírse, y volvió a reñirse.

Se decidió por las tijeras, y esperó agazapada detrás de la puerta. Oía sus pasos por el pasillo, oía su respiración, y creía que también oía su corazón latiendo acelerado, pero seguramente era el suyo, que hacía eco.

Se acercaba, se acercaba ya. Entró en el baño y pasó la puerta. Saltó hacia él y le clavó las tijeras en la espalda, y no esperó a que cayera, no sabía si las había clavado del todo, no sabía dónde las había clavado, no quería ver lo que había hecho, y mientras corría por el pasillo un grito desgarrado la detuvo bruscamente: "mamáaaaaaaa"

sábado, 6 de junio de 2009

Nada cambia

Hoy era hoy. Si hoy hubiese sido mañana, o ayer, hubiese resultado demasiado extraño.

A hoy le seguirá otro hoy, y el mañana no existe, porque en realidad es hoy. Otra vez. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar.

No hay mañana, sólo hoy, una y otra vez hoy, siempre hoy. Es perfecto el hoy, totalmente estudiado, analizado y perfeccionado.

Mañana será hoy (porque será hoy), pero por un instante, cuando la aguja larga casi esté rozando el doce, hay posibilidades, existe una mínima oportunidad de que hoy sea mañana, aunque ello suponga el caos, el descontrol, e incluso la muerte.

lunes, 1 de junio de 2009

Libertad

Llevaba semanas buscando el regalo perfecto, aquel que, cuando abriese, iluminase sus ojos, los llenase de sorpresa, y siempre ocupase una parte de sus recuerdos. Y lo encontró, dos días antes de su cumpleaños, tendida en la bañera, con el agua caliente relajando sus músculos tensos por el instante, con lágrimas imperceptibles que sólo se descubrían por el sabor, y con aquella cuchilla presionando, deslizándose, penetrando en sus delicadas muñecas y tiñendo el agua lentamente mientras el sueño la alcanzaba.

martes, 26 de mayo de 2009

¡Átame!

Después de tres días apenas podía moverse, se había quedado anquilosado, ¡y sólo en tres días! Tendría que empezar a hacer deporte cuando todo esto acabase. Y todo por una frase de mierda en el momento más inoportuno. ¡Joder! ¿Cuándo coño va a soltarme?

“Cariño, por favor, de verdad que lo siento. Perdóname. Te juro que no pensaba cuando dije eso”.

sábado, 23 de mayo de 2009

0 - 0

Ramón arranca por la derecha, se encuentra con Albero y Soria, intenta irse de los dos pero Soria la echa fuera. Saque de banda.

Lorenzo la saca rápido para Josele, y éste conecta con Tacho que se adentra en el área y chuta con todas sus fuerzas, ¡¡¡¡huyyyyyyyyyyyyy!!!! Ha estado a punto, la cabeza ha tocado el larguero y hay que cambiarla. Por cierto, Marinelli, ¿qué opina del partido que estamos viendo?

viernes, 22 de mayo de 2009

Baby

Sólo dejó de llorar cuando lo estampó contra la pared.

jueves, 21 de mayo de 2009

Déjame que te deje tenerme pena

Era ya tarde pero ella seguía allí, esperando que se desmoronase, aguantando estoicamente el momento de dolor que llegaría. Lo miraba con pena, como se mira a un condenado, una cadena perpetua de sufrimiento que apenas había comenzado.

Él, mientras tanto, se regodeaba en su papel de víctima, sintiéndose a gusto en todo momento, poniendo las caras adecuadas, el rictus esperado, la mirada perdida. La muerte de su esposa había sido algo inesperado para todos, salvo para él.

Llegó el momento, por fin comenzó a llorar. Ella se acercó y lo abrazó con fuerza, sintió su cuerpo caliente y se puso cachondo, buscó su boca como en un acto desesperado, y fue correspondido. No esperaba menos, su táctica había vuelto a funcionar.

viernes, 15 de mayo de 2009

El hijo del amor

Nueve meses había tenido que esperar, pero ya quedaba poco para cumplir su sueño, pronto lo tendría entre sus brazos y podría verle la carita. El parto había sido complicado, al final tuvieron que dormirle y hacerle la cesárea, estaba agotada y sus ojos se cerraban, pero aún no lo habían traído, le estaban haciendo pruebas, eso le decían. También le dijeron que se había agarrado a ella, que no quería salir, y entonces aún le quiso más, porque él ya le quería sin conocerla, sin haberla visto nunca. Era su mamá y siempre lo sería. ¡Cómo deseaba tenerlo ya entre sus brazos!

Al cabo de un rato entró la enfermera, una señora agradable y charlatana que siempre conseguía sacarle una sonrisa. No habló demasiado, ni siquiera hubo sonrisa, pero le dio igual, traía en sus manos a su hijo, su cosita, su tesoro, su bichito, su corazón. Cuando se lo puso entre los brazos sintió un escalofrío de placer.

Y era precioso, un bebé realmente precioso, con sus ojitos amarillos, y la garra que abrazaba su dedo y lo cogía con fuerza, las escamitas verdes alrededor del ombligo, y la pequeña lengua viperina que sacaba cuando bostezaba. Se enamoró de él al instante.

jueves, 14 de mayo de 2009

Cadena perpetua

Cada noche la condena eterna, la tortura infinita. Las pesadillas son recurrentes, y ya apenas duerme, pero no hay escapatoria, él lo sabía inevitable, por eso su último deseo: "quiero que sueñes conmigo".

Suicidio

Era su cumpleaños. Yo le decía, antes de que soplara las velas, que tenía que pedir un deseo, pero yo lo oía claramente: “quiero que sueñes conmigo”. Entonces nos acostábamos y nos debíamos dormir porque recuerdo que volaba con él, a su lado. Hasta que llegó un momento en que volaba yo sola, él ya no estaba, y yo sentía una inquietud, un desasosiego enorme, y miraba hacia abajo, buscándolo. Y entonces fue cuando me despertaron con el timbre.

El policía la miraba comprensivamente, asintiendo con la cabeza. Se dio la vuelta y le dijo a los del 061: “Es la mujer. Creo que está en estado de shock, dice que ha soñado con él”.

martes, 12 de mayo de 2009

On ice

Se tumbó, y permaneció tanto tiempo allí que hizo un agujero y cayó al agua.

martes, 5 de mayo de 2009

Para siempre, jamás

La frente apoyada contra la ventana, los ojos enrojecidos, el Dr. Simon mira el sol que se levanta sobre la ciudad. No puede dormir, no puede llorar, no puede olvidar, es imposible que su vida vuelva a ser como antes. No después de saber que Ella ya no volverá. Porque aunque siempre hay una posibilidad de retorno, sabe que esta vez no será así.

Se sienta en el sillón que hay frente a la ventana y siente que, como su vida, él tampoco será el mismo nunca más. Sin Ella nada será igual. Vendrá el caos, la confusión, el miedo…Todo lo que pensaba que había sido desterrado de su interior volverá, se instalará en él y no desaparecerá jamás.

¿Por qué tuvo que decírselo? Podía simplemente haberse marchado, pero tuvo que decirle que se iba con otra persona, “alguien que me hará feliz”, eso dijo. ¿Quién le iba a hacer más feliz que él? La adoraba, la idolatraba, su vida le pertenecía … Cómo podía pensar que otra persona la iba a hacer más feliz si su felicidad era la prioridad de su vida. Seguía sin entenderlo y ya habían pasado varias horas desde que se lo había dicho. Sabía que por mucho tiempo que pasase nunca lo entendería.

Nunca había sufrido el sentimiento de pérdida. Nadie le había abandonado. A ratos piensa que no debería estar comportándose así, que es una persona adulta, autosuficiente, respetada, que estas cosas se deben llevar con más entereza, que no debería haber llorado, que no debería estar compadeciéndose de sí mismo, que estas cosas no le pasan a las personas como él. Pero otros momentos se enciende y se enfada, y sus venas se hinchan, y su corazón se dispara, y se le nubla la vista y todo se oscurece ante su furia.

El Dr. Simon se levanta y hace una llamada. No tarda mucho, se vuelve a sentar, el sol ya calienta y se encuentra a gusto mirando por la ventana. Como si fuese una televisión grande que le mostrase lo que fue, lo que debería haber sido, lo que tuvo y ahora no tiene. Él había pensado que sería para siempre. “Para siempre”, qué fácilmente nos engañamos. La vida que habían compartido había tenido de todo, pero él, en su ignorancia, creía en el “para siempre” que había surgido en su cabeza. ¿Qué había hecho mal?, ésa era la pregunta que retumbaba en su interior una y otra vez. A lo mejor la había querido demasiado, a lo mejor se había confiado tanto de su amor que no había visto que Ella necesitaba más, que Ella quería más. Ahora ya es tarde, Ella se ha ido y el vacío que siente dentro de él no se llenará fácilmente. Pensar que Ella ha estado en los brazos de otro le come por dentro. Así que desecha esa idea, no quiere pensar en eso. No puede pensar en eso.

Llaman a la puerta. El Dr. Simon se levanta y abre. Entran personas que gritan, que le dicen que se tumbe, que ponga las manos en la cabeza, que no se mueva…..Están todos nerviosos. Muy nerviosos. El Dr. Simon se tumba en el suelo y pone las manos como le dicen, alguien se pone encima de él, lo cachea y le esposa las manos a la espalda. Después lo levantan entre dos. Dos personas vuelven de la habitación, la cara triste y desencajada, el ánimo hastiado. Está muerta, dice uno. Estrangulada. El Dr. Simon pensaba que no podría volver a llorar. Se equivocaba.

jueves, 30 de abril de 2009

Aburrimiento

Me los regalaron por mi quince cumpleaños. Venían en una pecera redonda, con su red para pescarlos, y su bote de comida. Naranja y Brillante eran naranjas, pero me pareció un poco patético ponerles Naranja 1 y Naranja 2, aunque no los distinguía y los nombraba al azar, pero cuando te regalan mascotas lo normal (lo que se espera) es que les des un nombre.

Cada día les echaba su comida, cada día hacían sus caquitas, y cada semana les cambiaba el agua de la pecera. Eran unos animales aburridos y sin sentido que lo único que me enseñaban era el tedio que supone ser pez.

Después de unos meses (largos meses), Naranja (o puede que fuese Brillante) apareció flotando. Flotaba de lado, aunque siempre había oído que cuando mueren flotan panza arriba, pero es mentira. Así que lo pesqué con la red, y su última zambullida lo debió llevar por tuberías interminables hasta alguna depuradora.

Seguí con mi rutina, pero yo notaba que Brillante (¿o era Naranja?) se aburría muchísimo (casi tanto como yo), porque no dejaba de dar vueltas y más vueltas a aquella pecera redonda. Era mareante mirarlo. Además, estaba el hecho de que tenía que seguir cambiando el agua de la pecera, un trabajo engorroso a más no poder, sobre todo por un solo pez.

Un día, que me desperté con mi vena investigadora, decidí hacer un experimento: eché una gota de una colonia asquerosa (verdaderamente asquerosa) en la pecera. No pasó nada. Al día siguiente, eché dos. No pasó nada. Treinta y seis gotas necesité para probar que los peces no soportan el alcohol, treinta y seis interminables días para que Brillante (¿o era Naranja?) decidiese flotar de lado en aquella pecera redonda.

domingo, 26 de abril de 2009

Medicina alternativa

“Tranquila, yo liberaré tu mente”, y como lo prometido es deuda, programó la trepanación para las cinco.

jueves, 23 de abril de 2009

Oda a la Z

Erez mi preferida, quizá por zer la última, quizá por el zigzag con el que ezcribo eztaz palabraz. Porque erez como un rayo que toca tierra, porque erez divertida, zalada, zopenca, que baila con la a, zarrapaztroza, ze revuelca con la o, horizontal, y juega con la u, azulada, zabiendo ezcoger los pazoz de baile perfeztoz para convertirze en pirueta. Me guztaz zobre todo porque nunca zozobraz, pero tampoco zofaltaz.

Salto en paracaidas

Abro los ojos por fin, me noto veloz, ligera pero pesada, y el silencio que me rodea me oprime, pero también me libera, me siento hechizada, obligada a él, rendida a él. Por eso no grito, por eso el silencio se mantiene hasta que llego al suelo y me destrozo contra él.

lunes, 20 de abril de 2009

El pecho abierto

Marrón, todo marrón, quizá lleno de fango o lodo, como lo que se deposita en el fondo del agua estancada. También se atisba un poco de rojo, latiendo sin descanso, pero demasiado escondido como para asegurar su presencia. Todo se mueve al unísono, pero todo se vuelve marrón en cuanto llega al final, el fango no es digestivo. ¡Cómo huele a podrido!, mejor me salgo y cierro. Tendré que coser con cuidado, no quiero que vuelva a abrirse la herida, el lodo lo pone todo perdido.

viernes, 10 de abril de 2009

Ctrl+Alt+Supr

Estaba delante de él, no se atrevía a tocarlo, sabía que las consecuencias serían imprevisibles. El botón era rojo, reluciente, resplandeciente, imposible pasar inadvertido en la habitación llena de botones, era como la sangre en una habitación blanca, no podías dejar de mirarlo. Y cuando sabías que ése era el botón, aún peor, te acercabas, lo tocabas suavemente sin atreverte a presionarlo, hacías círculos a su alrededor, consciente de las repercusiones de su existencia. Lo apretó de repente, sin pensarlo, y en un instante todo desapareció, se sintió tan liviana, tan llena de comprensión. Una puerta se abrió y llegó su padre, ella lo miró con extrañeza, y él supo que el botón había sido presionado. La abrazó violentamente, la besó en la frente, y sólo pudo preguntar: ¿recuerdas tu nombre?

sábado, 4 de abril de 2009

Cadena ilógica

El perro no ladró, el niño no lloró, la sangre brotó.

viernes, 3 de abril de 2009

Decoración de interiores

Recorrió la habitación admirando su obra de arte. Ahora ya comenzaba a gustarle la decoración, y todo gracias al pequeño sacrificio de su vecino. Seguro que él no opinaría lo mismo, pero agradecería que ya no pasease incansablemente por la habitación, podría sentarse a disfrutar de la estancia con tranquilidad. Cuanto más miraba la pared, más dibujos escondidos encontraba en las salpicaduras.

martes, 17 de febrero de 2009

Viaje en tren

Después del frenazo brusco vimos al perro con el brazo, y nadie hizo más comentarios.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Entierro

Subimos al autobús como corderos, por lo menos era puntual, y tras sentarnos en cualquier asiento, sólo esperamos a que se pusiese en marcha.

Había muchos viejos, quizá perdidos en un autobús que no les llevaría a destino alguno, pero estaba allí, como los otros, y a ellos les daba igual, sólo importaba el viaje, ni el comienzo ni el final tenían sentido.

Cuando llegamos se notó el nerviosismo, no querían bajar, algunos comenzaron a llorar sabiendo que se habían equivocado, pero ya era tarde, no había viaje de vuelta. “Eso les pasa por no preguntar”.

Bajamos, algunos por propia voluntad, otros obligados; nos dieron una pala, nos mostraron el lugar correspondiente, y todos empezamos a cavar en el sitio que nos había tocado. El autobús ya se había marchado, el viaje llegaba a su fin.

viernes, 23 de enero de 2009

1 de Mayo

La Celebración era esa noche y sólo faltaba su sección por elegir. Habían quedado después de comer para la votación y todas lo tenían bastante claro, así que sólo hubo un nombre común a todas las papeletas.

Ya por la noche acorralaron a su presa como leonas hambrientas, y ella, como corderito asustado, se dejó engañar.

En el muelle de carga, todo preparado, habían dispuesto unos palés como altar improvisado, y todas las secciones estaban ya presentes.

Comenzaron los de bazar, por lo visto el elegido era sobrino de un jefazo. En cultura, la chica había batido todos los records de ventas; y la de textil se había tirado al jefe.

Las cajeras habían votado a la chica perfecta, ésa que cualquier jefe quiere tener a su cargo. También con ella siguieron el ritual: las manos y las piernas atadas en cruz, y sus compañeras, una por una, hundiendo su cuchillo en carne.

La primera se acercó lentamente y clavó el cuchillo en aquel cuerpo perfecto, que emitía aquellos gritos perfectos, y un montón de cables salieron de su cuerpo, y una risa perfectamente perversa anunció un futuro más humano.

martes, 13 de enero de 2009

Fantasmas

Todo comenzó por obligación, pero se ha convertido en un placer que disfruto cada noche, cuando es tarde y apago las luces, y deambulo por la casa a oscuras, intentando no tropezar, no chocar, aprendiéndome cada centímetro.

Sé que podría caminar con los ojos cerrados, primero está el perchero, después la banqueta, más allá la estantería, y, por fin, la cama que me espera. Rozo la pared para saber dónde acaba, extiendo mis brazos para buscar la puerta del baño, el silencio y la oscuridad me abrazan, me siento cómoda con ellos.

Ya no es como antes, que me veía sumergida en un abismo insondable, y notaba manos que me intentaban agarrar, veía monstruos e imaginaba presencias. Ahora son mis manos las que agarran, y soy yo la que imagino personas asustadas que no saben que estoy ahí, que me adivinan y corren miedosas a sus camas, intentando no pensar en la oscuridad y el silencio que les rodea. Me he convertido en mi propio fantasma.