jueves, 23 de octubre de 2008

30 euros el completo

Entré en aquella cabina de camión intentando pensar que era una reina, y que me esperaba un rey, o que era un príncipe y yo una princesa, o algún tipo de relación en la que el amor verdadero estuviese presente, pero, ¿qué relación contiene un amor verdadero?, una de ésas en la que das y no obtienes nada a cambio. Ninguna, cero, porque no existen, siempre hay una contraprestación más allá del amor, más allá de la pureza del amor. Todos obtenemos placer, y yo, simplemente, iba a cambiar el placer del cuerpo por el placer de tener unos billetes en el bolso. No es tan grave, no hay por qué alarmarse, mi placer lo obtengo como muchas otras mujeres que después de utilizar sus artes carnales, se compran un visón. Pues yo soy de ésas, pero sin bodorrio de por medio.

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