lunes, 1 de junio de 2009

Libertad

Llevaba semanas buscando el regalo perfecto, aquel que, cuando abriese, iluminase sus ojos, los llenase de sorpresa, y siempre ocupase una parte de sus recuerdos. Y lo encontró, dos días antes de su cumpleaños, tendida en la bañera, con el agua caliente relajando sus músculos tensos por el instante, con lágrimas imperceptibles que sólo se descubrían por el sabor, y con aquella cuchilla presionando, deslizándose, penetrando en sus delicadas muñecas y tiñendo el agua lentamente mientras el sueño la alcanzaba.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Llevo días pensando en un relato cuyo protagonista es una cuchilla... pero te has adelantado ;-)

Y como no creo en la telepatía, tendré que creer en las coincidencias.

Besos,
Alicia

Cruella dijo...

Mejor coincidencias que telepatía, sin duda.

Beso.