sábado, 6 de junio de 2009

Nada cambia

Hoy era hoy. Si hoy hubiese sido mañana, o ayer, hubiese resultado demasiado extraño.

A hoy le seguirá otro hoy, y el mañana no existe, porque en realidad es hoy. Otra vez. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar. Hoy, otro hoy, otro hoy, y después, vuelta a empezar.

No hay mañana, sólo hoy, una y otra vez hoy, siempre hoy. Es perfecto el hoy, totalmente estudiado, analizado y perfeccionado.

Mañana será hoy (porque será hoy), pero por un instante, cuando la aguja larga casi esté rozando el doce, hay posibilidades, existe una mínima oportunidad de que hoy sea mañana, aunque ello suponga el caos, el descontrol, e incluso la muerte.

2 comentarios:

hécuba dijo...

Este me ha recordado al día de la marmota. Ya sé que no tiene nada que ver, pero es que hoy es hoy y siempre es hoy.

Cruella dijo...

¡Me encanta esa película! Perfeccionar un día es realmente complicado, pero los perfeccionamos con una rutina indestructible, y lo que hace perfecto a un día es precisamente la sorpresa.

Un beso.